Riquelme y Boca. Punto final
El dirigente de fútbol corre con una gran ventaja en la Argentina. El hincha siempre quiere ganar. En otras actividades como la política nacional, el opositor puede (casi siempre) desear que al enemigo de turno le vaya mal porque eso le conviene a sus aspiraciones políticas. En cambio, como la derrota en el fútbol se sufre en cada oficina, taller, aula; siempre queremos ganar para no sufrir la típica gastada folklórica o algo más subido de tono. Por eso Boca copó EE.UU. La gestión del dirigente de fútbol se mide básicamente, por los resultados. No nos engañemos. Un DT exitoso contratado a tiempo puede salvar una gestión miserable, e irse al descenso puede empañar una administración excepcional. El caso 1 hay mil ejemplos, en el caso 2 les puedo señalar a Hugo Masci en Atlanta a principios de los años 80, caso que conocí muy de cerca. Juan Román Riquelme , en su rol de opositor a la gestión de Macri y a quienes lo sucedieron, analizaba al club desde una perspectiva futbolística...