sábado, 24 de febrero de 2024

Las loberías más a mano están en Necochea

Viajamos hace poco a Chubut y recorrimos varias loberías en la exuberante Península Valdes. El entorno es magnífico, casi mágico. Con un ambiente muy cuidado, el acceso a las loberías costeras es prolijo y correcto con muy buenas pasarelas, pero a los lobos marinos los vemos de lejos, no podemos bajar a las playas. Seguramente es lo mejor para ellos y para el medio ambiente, dada la naturaleza destructora e invasiva de ciertos visitantes.

Península Valdes, Chubut

Pero en otros lugares, muchos más cercanos a Buenos Aires, los podemos observar más a mano. Hablamos tanto de Mar del Plata como de Necochea, y en este post nos vamos a referir a esta última ciudad. 

Escollera Sur, Necochea

En la llamada Escollera Sur, ubicada al norte de Necochea valga la paradoja, encontramos el Descanso de los Lobos Marinos. En una playa de suave declive, justo en la desembocadura del río Quequén Grande y frente al puerto de dicha ciudad (entre paréntesis, importantísimo puerto de exportación cerealero) podemos encontrar decenas de lobos marinos, la mayoría descansando, otros en el agua y muchas veces los vemos adentrados en el mar donde, se dice, las madres enseñan a alimentarse a sus crías. 





Descanso de los Lobos de Necochea durante
su epidemia, sept 2023



A mediados de 2023 una epidemia que fue llamada al principio gripe aviar y luego fue descartada y finalmente no sabemos que pasó, diezmó a esta colonia. Visitamos el lugar en septiembre de 2023 y el acceso a toda la escollera sur estaba restringido y custodiado por la Prefectura Naval Argentina. Ya en el verano de 2024 el acceso era nuevamente libre y turistas y pescadores pescaban cerca o sacaban fotos  respectivamente.



A pocos pasos del Descanso de los Lobo Marinos se encuentra Puerto Gardella, una novedosa propuesta gastronómica donde todos los locales están hechos con contenedores. Frente al mismo, enormes buques extranjeros cargan granos de cereales para alimentar a un mundo hambriento y proveer al país de divisas verdes más que necesarias. Las mismas que alimentan a algunas cantinas y tugurios en la banquina del puerto de Necochea que supo de épocas mejores.

Así que ya saben, si quieren observar lobos marinos muy de cerca sin binoculares ni zoom, Necochea es el lugar.



lunes, 12 de febrero de 2024

La Sociedad de la Nieve

La Convención Nacional de Directores y Gerentes de la empresa holandesa en la cual yo trabajaba en 2016 se desarrollaba como de costumbre, sin sorpresas ni novedades pero muy bien organizada, en un lujoso hotel 5 estrellas de los alrededores de Buenos Aires. El pomposo título de Top 80 nos hacía sentir cierta exclusividad dentro de la filial argentina de la empresa a aquellos afortunados o merecedores asistentes a dicho evento.

Había llegado el ansiado break entre sesión y sesión, y cuando me disponía a tomar mi dosis diaria de cafeína acompañada de postres no diet, personal de RRHH con desesperación, buscando a alguien de IT, me encontró durante mi primer sorbo de café. 


“Vení a ayudarnos por favor, el próximo orador, una persona externa, no puede proyectar su presentación…”.

Ingresé a la sala de conferencia y me encontré con una persona de aprox 60 años, muy corpulento. No era uno de los habituales economistas que nos acompañaban en estos eventos, por lo menos era un desconocido para mí. “Hola, mi nombre es Carlos, ¿en qué lo puedo ayudar?”. “Hola, soy Fernando, tengo un problema para proyectar….”, me dijo mientras me daba la mano, la cual doblaba en tamaño a  la mía.


Trabajé unos minutos sobre el equipo, no era fácil el tema, pero con ayuda de mi equipo de Soporte al teléfono, pudimos solucionarlo. Cuando abrió la presentación y la pude proyectar, vi en el primer slide unas montañas, nieve, un avión y se me cruzó una idea. Era uno de los sobrevivientes de los Andes…sería? Yo solo recordaba el nombre de Carlos Páez, el hijo del artista Carlos Páez Vilaró, ¿pero quien sería esta persona, a la cual miraba fijamente sin reconocerlo porque no lo conocía?, y me encontré con una mirada, mientras yo iba de la pantalla a su rostro, que me dijo “sí, soy yo…”. 


Me agradeció y salí de la sala, a la cual ingresé pocos minutos después para asistir a la conferencia. Ya vestido un poco más formal, la imponente figura de Fernando Parrado, “Nando”,  dominaba con soltura el escenario.


Pocas conferencias a las cuales asistí en mi vida, sea del tema que fueran, me atraparon tanto como esta. El silencio de los asistentes era sepulcral, solo interrumpido por algún sollozo en medio de la misma. Tanto para el que desconocía el tema como para quien lo conocía a fondo, estando yo en medio de estos extremos, la charla fue atrapante. Varias cosas se conjugaron. Fernando es un orador excepcional, considerado uno de los mejores del mundo. Viaja por el mundo dando esta charla, y es probable que generalmente sea la misma. Centenares de veces contando la misma historia, ante jeques árabes, los Wallabies, equipos de la NBA o este grupo de argentinos en Pilar. ¿Cómo haría Fernando para repetir esta historia centenares de veces, siendo él mismo uno de los principales protagonistas de la misma, con la carga sentimental de la muerte de amigos, compañeros, su hermana y su madre? ¿Cómo hacía para darnos detalles de esa única experiencia de superivencia y a la vez hacernos emocionar, acongojarnos, llorar’ ¿Cómo hacía para entrecerrar los ojos y contar por milésima vez cuando el alud de nieve ingresó en lo que quedaba del avión y hacernos sentir a todos los asistentes que nos  faltaba el aire? Francamente no lo se. 


Un aplauso de varios minutos de gente de pie coronó su performance. Seguramente para Fernando fue una ovación más, para nosotros era la primera, la única y la inesperada, porque casi todos ingresaron a la sala sin saber quien y de que iba a hablar…


Fernando compartió la cena con nosotros y lamentablemente o por suerte no compartí la mesa con él, dado que yo integraba el Top 80 de la empresa pero no el Top 8…


Digo por suerte porque en la charla dijo todo. Contó una historia con principio, desarrollo y fin, con el nivel de detalle que él le quiso dar. Y está en todo su derecho. Quizás escuchar la pregunta impertinente de algún desubicado hubiera conspirado contra la magia de su conferencia. No sabemos si la hubo y preferimos no saberlo. Alguna pavada escuchamos en los pasillos que es mejor olvidarla.



Cuando Fernando se retiraba, con la poca vergüenza que me caracteriza, lo llamé por su nombre y le pedí si podíamos tomarnos una foto juntos. Me agradeció nuevamente la ayuda, yo le agradecí la charla, nos tomaron la foto y él se fue lentamente hacia su Montevideo natal. La empresa regaló a cada asistente un ejemplar de su libro, el cual devoré con fruición. Me adentré en la historia desde el día siguiente al evento, ví documentales, filmes, leí historias hasta llegar a esta última película “La sociedad de la nieve”. Un familiar me preguntaba si no me sobresaltaba frecuentemente durante la misma y mi respuesta fue no. Ya Fernando me había contado todo.



sábado, 3 de febrero de 2024

Agradable Puerto Madryn

Una de las mayores sorpresas que nos llevamos de nuestra visita a Chubut, fue conocer en detalle acerca de la decisiva presencia galesa en la zona. No porque no la conocieramos en general, sino porque los pocos días que disfrutamos de estos parajes, nos demostraron que la importancia de los galeses fue decisiva para la provincia, la cual, sin dudas, podría llevar un nombre más adecuado y relacionado a quienes les dieron vida. No solo Gaiman, Trelew y Rawson fueron fundadas por galeses, sino que Puerto Madryn (el lugar al cual llegaron), Esquel y Trevelín, también.

Aeropuerto El Tehuelche
Llegamos a Puerto Madryn vía aérea desde Buenos Aires, al Aeropuerto denominado El Tehuelche. La denominación aeropuerto le queda un poco grande a la modesta instalación, ubicada muy cerca de la ciudad. Es probable que la existencia a solo 60 km del Aeropuerto de Trelew, que cuenta con una infraestructura muy superior, impida el crecimiento de El Tehuelche. Ahora bien, con la cantidad de turistas que arriba a Madryn y zona de influencia, no costaría nada ponerlo en condiciones y, asimismo, incrementar la cantidad de vuelos. Llegan a este aeropuerto tanto Aerolíneas Argentinas como FlyBondi. La cantidad de vuelos diarios gira en torno a los 2 o 3, y la cantidad de pasajeron transportados supera los 190.000 anuales. En comparación con 2022, Puerto Madryn experimentó un notable aumento del 80% en el movimiento de pasajeros, alcanzando un total de 196,000 visitantes de enero a diciembre de 2023. Este crecimiento sitúa a la ciudad en el segundo lugar a nivel nacional, solo superado por Posadas, que registró un 91% de crecimiento. Las obras de ampliación son imprescindibles. La cinta para recuperar el equipaje se parece a la viaje cinta con la cual contaba el aeropuerto de Rosario. Francamente impresentable.

Era verano y nuestra llegada a media tarde fue fantástica, ya que hasta las 21:30 no se pone totalmente el Sol, así que pudimos disfrutar de la costanera dado que nuestro hotel gozaba de una excelente ubicación: frente al mar y a pocas cuadras del pequeño centro y los principales comercios.

Playa céntrica y muelle
Las playas son muy lindas, con grandes diferencias de acuerdo al momento del día respecto a las mareas. A la mañana, la playa es mínima, el agua casi llega a la rambla. Por las tardes, se retira el mar y se disfruta de una playa espectacular. La temperatura del agua es similar a la que podemos encontrar en la provincia de Buenos Aires pero la presencia de algas es mayor. La de caracoles, por suerte también. A medida que uno avanza hacia el sur de la pequeña bahía que forma parte del golfo Nuevo, las playas son mejores. Cerca del muelle, parecen playas de río y yendo hacia el norte del muelle donde se encuentra Prefectura, claramente no son recomendables.

La ciudad es limpia, ordenada y bien trazada. Muy tranquila. Actualmente es la segunda ciudad más poblada de la provincia, luego de Comodoro Rivadavia y, para nuestra sorpresa, superando a Trelew. 

Turismo, pesca y la presencia de Aluar forman el trío de industrias detrás de las cuales de mueve la ciudad. Son muy interesantes las historias de los lugareños que vinieron a vivir a Madryn por Aluar, historias de pioneros. Como en toda ciudad argentina, conviven barrios muy lujosos (en la costa, al norte y al sur del núceo urbano principal) con barrios de una modestia evidente (como siempre en la periferia), aunque en líneas generales, la cantidad de viviendas de buen nivel alcanzan un porcentaje mayor a la media nacional que conocemos.

Yendo específicamente al turismo, las alternativas son muchas. Las estrellas son ballenas y orcas, pero no era la época. La Peninsula Valdes es un imperdible que ya detallamos en el post anterior, y Gaiman es una hermosa visita que ya les contaremos. En la misma ciudad hay variadas alternativas:

1. Playas

Playa Paraná desde Baliza Acantilado
Hay varias muy distintas entre sí. Recomendamos las que están cerca del sur de la bahía y si pueden llegar, a unos 10 km al sur del centro está la playa Paraná, en medio de hermosos acantilados. Nosotros llegamos en bicicletas hasta el faro llamado Baliza Acantilado desde el cual tuvimos una vista inmejorable de esa playa. Hablando de bicicletas, ya les recomendamos otra actividad interesante.

2. Buceo y actividades náuticas

Diversas actividades en este rubro. Buceo, con o sin lobos marinos, amaneceres embarcados en kayaks, avistaje de ballenas, orcas y delfines. 

3. Museos y lugares históricos

Recomendamos visitar el Parque Histórico Puenta Cuevas y el Museo del Desembarco, si es posible, el primer día de su estadía, para luego entender todo lo que van a ver en la zona. Se encuentra al sur de la ciudad. Recibe el nombre por unas excavaciones naturales en la roca, formadas en los acantilados. Este fue el primer asentamiento galés luego del desembarco. El museo es pequeño pero bien equipado y mantenido y el costo es muy accesible.

Costanera Puerto Madryn

4. Costas y loberías

Al norte de la ciudad se puede visitar la playa El Doradillo, donde en épocas de ballenas se las puede admirar directamente desde la playa. Al sur no muy lejos, pasando playa Paraná, se encuentra la lobería de Punta Loma. Se trata de una reserva natural en un acantilado con miradores señalizados, famoso por sus leones marinos y cormoranes. Toda la zona sur de Puerto Madryn nos muestra unos acantilados hermosos haciendo juego con un mar de un azul profundo poca veces visto.

La temporada alta de turismo es entre agosto y noviembre debido a la presencia de las ballenas, atractivo principal de la ciudad. Pero estuvimos en verano y no nos podemos quejar. Recomendamos mínimo 5 días para una recorrida completa.




domingo, 21 de enero de 2024

La exuberante naturaleza de la Península Valdés

Península Valdés - 2007
Península Valdés - 2007

Puntualmente a las 7:15 a.m., nuestro chofer y guía llegó a nuestro hotel en Puerto Madryn para cumplir con la rigurosa visita a Península Valdés. Era fines de diciembre, no era época de ballenas, sí quizás de alguna orca, pero nada nos amilanaba en nuestro intento de conocer dicha península, de la cual guardaba como recuerdo una foto de 2007 mientras volvía de un viaje a Ushuaia. Poco conocíamos de lo que la misma tenía, y esa ignorancia era fuente de exitación.

La primera parada obligada es en el puesto de control "El Desempeño". Actuá como virtual cabina de peaje y se cobra el ingreso. En dólares, residentes en Chubut U$S 2, argentinos de otras jurisdiciones U$S 4 y extranjeros U$S 12 (precios a diciembre de 2023). La península no es un Parque Nacional pero sí es un área protegida. El puesto de control pertenece a la Administración del Área Natural Protegida Península Valdés, un Ente Público no Estatal creado por el estado de la provincia del Chubut, dedicado a administrar y gestionar la principal Área Natural Protegida del Sistema Provincial del Chubut, un sitio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, que recibe cerca de 350.000 visitantes al año.

Pocos kilómetros adelante se encuentra el istmo Ameghino, el punto más estrecho de la delgada franja de tierra que conecta la península al continente, con un ancho de aproximadamente 6 km y, a las vez, se encuentra muy cercano el cerro Piaggio, el punto más alto de la península, con sus pobres 110 metros s.n.m. En dicho camino se encuentra el Centro de Visitantes de la Península de Valdés situado poco antes de llegar a Puerto Pirámides. La edificación cuenta con baños excelentes,  un centro de información con folletería, un pequeño pero interesante museo, mapas, un pequeño sendero en la parte exterior y boutique de venta de recuerdos del lugar. La entrada es gratuita y es parada obligada para comenzar a conocer lo que nos vamos a encontrar a partir de allí. Hasta este punto, el camino utilizado es la ruta provincial número 2, cuyo tramo asfaltado continúa un poco más luego del cruce que divide la ruta de ripio a Punta Norte del camino asfaltado a Puerto Pirámides. Tomamos la primera.
Caleta Valdés - Pingüinos de Magallanes

70 km de ripio por la Ruta provincial número 3 hasta Punta Norte. Observamos innumerables guanacos en estado salvaje desde antes de llegar al istmo Ameghino, que ayuda a morigerar lo tedioso del camino. Pero al llegar, que premio. Visitar por primera vez esos acantilados patagónicos es sobrecogedor. Hay pasarelas en muy buen estado que permiten una muy buena vista de la colonia de lobos y elefantes marinos que están en la playa. Muchos turistas europeos y baños en pésimo estado completan el panorama de la visita. Desde allí, utilizando el camino interno (tomamos RP 3 y RP 52) en lugar del costero que estaba en mal estado según nuestro guía, arribamos a un lugar de una belleza inigualable llamado Caleta Valdes. Ahí pudimos apreciar un pequeña colonia de pingüinos de la variedad Magallanes, guanacos varados en una lengua de tierra donde había subido la marea y, un par de kilómetros más adelante, en Punta Cantor, otra colonia de lobos marinos y pingüinos, nuevamente con pasarelas en muy buen estado y un sendero

Lobería de Punta Norte

Lobería de Punta Cantor

paralelo a la playa muy atractivo. El lugar se completa con un parador gastronómico modesto en su oferta culinaria pero efectivo, limpio y bien presentado, ubicado a pocos metros de la Unidad Operativa de la ANP  Caleta Valdés - Punta Cantor. Ese día habían avistado orcas por la mañana, como mostraba un tablero indicador manual que tienen. "Eran 4", me dijo circunspecto el empleado de la Unidad Operativa ante mi pregunta.

Seguimos rumbo al sur. Pasamos por Punta Delgada, dependencia de la Armada con un faro, lugar que se encuentra desde hace meses cerrado al público por razones que nadie nos pudo explicar. Allí se filmó el film hispano-argentino "El faro de las orcas". De ahí pusimos proa el oeste y bordeamos las dos salinas del sur de la isla (la chica y la grande, profundas depresiones naturales) y en esa zona nos cruzamos nuevamente con guanacos, choiques (ñandúes petisos), algunos con sus graciosas crías, martinetas, peludos o la interminable cantidad de ovejas recién esquiladas presentes por doquier. Aquí los campos no parecen tan rigurosos como en el norte de la isla y en algunos de ellos, con edificaciones cercanas, hasta vimos pasto, lo cual es mucho decir.  Entre campo y campo, los guardaganados, diseñados para impedir el cruce del ganado, parecían colocados para romper adrede las ruedas de los automotores que circulan.

El guía nos había sugerido no visitar Puerto Pirámides al no ser temporada de ballenas, a lo cual nos opusimos amablemente y fue el último destino del viaje y, para nuestro placer y razón, quizás el más pintoresco. Pequeño pueblo que supo de épocas con mayor cantidad de habitantes y explotación económica (hasta llegaba un ramal del tren), hoy es una pequeña villa turística, desde donde salen las excursiones para ver ballenas embarcado y en verano ofrece sus hermosas playas a sus visitantes. Quizás aquí vimos los mejores paisajes del día, lo cual es mucho decir. Un pequeña pero creciente oferta de comercios, alojamientos y agencias turisticas le augura un rápido crecimiento y progreso. Ojalá sepan cuidar lo que posee de natural que es muchísimo. Algunas de las playas cercanas al pueblo son realmente increíbles.



Nos debemos una visita para la temporada de ballenas. Comprometido.





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